Málaga es una provincia reconocida por la excepcional calidad de sus aceites de oliva virgen extra (AOVE), resultado de una tradición oleícola que combina técnicas ancestrales con innovaciones modernas. Destacan tres comarcas principales: Antequera, Axarquía y el Valle del Guadalhorce, cada una con características propias que aportan diversidad y riqueza sensorial a los aceites producidos.
La comarca de Antequera es especialmente famosa por la variedad hojiblanca, protegida bajo la Denominación de Origen Protegida (DOP) "Aceites de Antequera". Estos aceites se caracterizan por su color verde intenso, aromas frescos y sabor equilibrado con matices herbáceos y un ligero amargor. Por otro lado, la Axarquía alberga una variedad única en el mundo: la Verdial de Vélez, cuyos aceites destacan por su sabor dulce, suave y altamente frutado, ideales para el consumo en crudo. El Valle del Guadalhorce, aunque menos conocido por su producción de aceite, aporta singularidad gracias a la variedad Manzanilla Aloreña, primera aceituna de mesa con DOP en España que también se utiliza en aceites delicados y aromáticos.
La recolección en Málaga combina métodos tradicionales, como el vareo manual típico de zonas montañosas, con modernos sistemas mecanizados en terrenos más accesibles, asegurando así la frescura y calidad del fruto en cada etapa del proceso. Esta mezcla de tradición e innovación tecnológica garantiza aceites de oliva que son reconocidos internacionalmente por su pureza, sabor y excelencia sensorial.